Nuestro equipo se especializa en identificar y localizar estos elementos subterráneos, que a menudo no son visibles a simple vista. Utilizamos tecnologías avanzadas, como la georradar y la detección electromagnética, para llevar a cabo esta labor de manera precisa y eficiente.

El proceso comienza con un análisis detallado del área donde se sospecha que pueden existir tuberías o arquetas. Realizamos un levantamiento topográfico y recopilamos información histórica sobre las instalaciones previas. Luego, empleamos equipos especializados para realizar mediciones que nos permiten detectar cambios en la densidad del suelo o en los campos electromagnéticos, lo que indica la presencia de tuberías.

Una vez identificadas, registramos las ubicaciones exactas en un plano, lo que facilita futuras obras o reparaciones. Este trabajo no solo reduce el riesgo de daños durante excavaciones, sino que también garantiza la seguridad de los trabajadores y optimiza el tiempo de los proyectos.